Como ya he dicho en más de una ocasión, República Checa tiene mucho más que ofrecer que su capital, Praga. Un ejemplo más lo tenemos si viajamos al norte, en el que Liberec es una parada obligatoria.
Esta zona del país es preciosa gracias a sus pequeños pueblos con encanto y la naturaleza que los rodea. Una actividad que practican los residentes siempre que acompaña el buen tiempo es el senderismo. Para ello cogen el tren y realizan una de las muchas rutas que rodean Liberec.
El punto negativo es que en Internet apenas hay información que no sea en checo. Pero con ayuda del traductor y de las oficinas de turismo, puedes atreverte a realizar una ruta (merece la pena).
La que yo recomiendo, es la que recorre la ‘colina del Dragón‘. Toda la información la puedes encontrar en esta página (en checo). Para realizarla, tienes que coger el tren desde Liberec hasta Krásná Studánka. La ruta acaba en Mníšek, donde de nuevo puedes coger el tren de vuelta a Liberec.
Además de la naturaleza que rodea a Liberec, el pueblo en sí está lleno de encanto. El edificio que más destaca en él es su Ayuntamiento. El sótano de éste es en la actualidad un restaurante (se accede por el lado derecho), el cual es precioso y en el que se come muy bien.
En la Plaza del Ayuntamiento, además de una oficina de turismo encontrarás el Hotel Praha, el cual es único gracias a su decoración Art-Nouveau. Como hotel, su precio es muy bueno, es de calidad y se encuentra en el centro, por lo que es totalmente recomendable.
En Liberec presumen de tener el zoológico más antiguo de Rep. Checa, en el que siempre han tenido un tigre blanco, el cual da nombre a su conocido equipo de hockey. En mi opinión, el estado de este zoo y los animales es muy lamentable y deberían cerrarlo, por lo que conviene no visitarlo. También poseen un importante Jardín Botánico, el cual tiene 120 años de antigüedad.
Por último, el símbolo de Liberec y uno de sus atractivos más importantes es la Torre Ještěd. Esta torre se encuentra en lo alto del pico Ještěd, a 1.012 metros. Una montaña que buena parte del año está llena de pistas de sky.
La Torre Ještěd mide 94 metros de alto, fue construida entre 1963 y 1968 y actúa como antena de televisión. Pero no sólo eso, también es un restaurante y hotel de lo más original. Para llegar a lo alto de esta montaña y conocer la torre un teleférico sale cada media hora.
Aparte de todos sus atractivos, un punto a favor de Liberec es que sus precios son bajos, está muy bien conectado y tiene todos los servicios que se necesitan. Si cabe nombrar algo ‘negativo’, es que al no tener tantos turistas internacionales puede haber una pequeña barrera del idioma. Pero siempre hacen por ayudarte y entenderte (la gente por lo general sabe más alemán que inglés), y en todos los servicios turísticos como hoteles y oficinas de turismo están preparados para atenderte.
Para llegar a esta región desde Praga, lo mejor es utilizar la compañía de bus RegioJet, que ofrece billetes a muy buen precio y viajes con todas las comodidades.
Si después de leer esto crees que el norte de República Checa merece la pena, no te olvides de conocer el sur, aquí tienes qué ver en Moravia.