Vietnam es un país con una cultura, unas tradiciones y una forma de vida particulares. Por eso, es un destino donde te sorprenderán bastantes cosas. Imagino que sobre todo si, como ha sido mi caso, se trata del primer país del Sudeste Asiático que visitas. A continuación, te cuento las 10 curiosidades que más me sorprendieron de Vietnam.
1. El tamaño de las sillas
Vietnam es un país con una densidad de población bastante alta, sobre todo en las grandes ciudades como Hanói. Para que te hagas una idea, la densidad de población en Vietnam es de 297 habitantes por km2, mientras que en España es de 96 habitantes. Además, hacen mucha vida en la calle, sentados en las terrazas de los restaurantes, en la puerta de su comercio, etc.
Por eso, las sillas que utilizan para sentarse son diminutas. Son una especie de banquetas que yo, hasta este momento, solo había visto que las utilizaran los niños. Impresiona la capacidad que tienen para sentarse en un asiento tan pequeño y el rato que aguantan, para ellos es cómodo. Afortunadamente, en algunos sitios turísticos tienen piedad de los turistas y les ponen sillas un poco más grandes.
2. La puntualidad de la gente
Esto era totalmente prejuicio mío, pero, no sé por qué, pensaba que la gente y los servicios como el transporte no serían especialmente puntuales, sino más bien relajados, al estilo de España. Pero para nada, los vietnamitas nos han demostrado que son estrictamente puntuales.
Siempre que hemos contratado una excursión o un conductor, han aparecido en el lugar acordado con unos 15 minutos de antelación. Eso ha hecho que siempre hayamos acabado saliendo antes de hora. También lo hemos comprobado con el transporte público. Tomamos un tren nocturno y, en cuanto se hizo la hora, el tren se puso en marcha.
Una prueba más que ya nos pareció increíble fue en la ciudad de Hội An, donde entramos a un teatro a ver un espectáculo de bailes tradicionales. Estábamos pendientes del reloj, mirando el segundero. Faltaban unos segundos para la hora cuando las luces se apagaron y salió la presentadora. Fue dar la hora en punto y ponerse a hablar, ¡impresionante!
3. La sorpresa de los niños
A día de hoy, Vietnam es un país bastante visitado por gente de todo el mundo. Por eso, no me esperaba que, incluso en lugares turísticos como Ninh Binh, a los niños les sorprendiera ver a dos occidentales por la calle y les hiciera mucha ilusión saludarnos con un «hello», quedando encantados cuando nosotros les contestábamos de vuelta, y quedándose extrañados cuando además les saludábamos en vietnamita.
Precisamente en Ninh Binh, visitamos el templo de Bái Đính, el complejo budista más grande de Vietnam. A él van visitantes de todo el país, incluyendo de zonas poco turísticas. Éramos los únicos occidentales visitándolo, por eso todos los niños, e incluso algunos adultos, nos miraban y saludaban con curiosidad. Un par de niñas hasta nos seguían y venían con un móvil, parecía que querían hacerse una foto con nosotros, pero en cuanto les hablábamos les daba vergüenza y se iban.
En Huế, buscando la entrada a la antigua ciudad imperial, terminamos en una zona totalmente residencial. Había dos niñas pequeñas en la puerta de su casa. Cuando pasamos, una de ellas nos puso la mano curvada para que añadiéramos la nuestra y así formáramos juntos un corazón (qué tierno nos pareció) e incluso me abrazó ilusionada (eso ya sí que me dejó flipando).
4. La hora en la que comienza el día
Hemos ido a Vietnam en mayo y, comparado con España, se hace de noche bastante pronto, sobre las seis de la tarde. Pero también amanece bastante antes, en torno a las cinco, y la gente se pone en marcha sobre esa hora. Nosotros, aunque no llegamos a tal extremo, sí que nos acostumbramos a madrugar más y comenzar a visitar los sitios antes.
Lo bueno era que a las once de la mañana tenías la sensación de que habías aprovechado mucho el día, y eso que aún quedaba bastante por delante. Sin embargo, el calor y la humedad hacían que bajaras el ritmo a partir de medio día. Eso, si no llegaba una de las potentes tormentas del monzón.
5. El uso de las motos
Desafortunadamente, no todas las cosas que me sorprendieron fueron positivas. Antes de ir a Vietnam, ya sabía que es el país con más motos por habitantes, y que cruzar la calle es todo un desafío de valentía. Sin embargo, no me esperaba ver que las motos se usaran en muchos casos prácticamente como coche familiar. Es decir, en la moto no solo iban dos adultos, sino que a veces también llevaban uno y hasta dos niños.
Llegué a ver incluso bebés y niños muy pequeños colocados delante del conductor, y sin casco. Es más, algunas veces veía a los padres con casco y a los niños sin él. Entiendo que si usan la moto como vehículo para toda la familia será básicamente porque no tienen otro medio, pero aun así impresiona ver a niños tan pequeños expuestos al peligro del tráfico.
6. La resiliencia de la gente
Otro aspecto de la cultura vietnamita que me sorprendió es la capacidad de la gente para adaptarse a las circunstancias y encontrar soluciones rápidamente. En los años 40, había una gran falta de leche en el país. ¿Tuvieron que tomarse el café solo? No, inventaron el café de huevo (que, por cierto, está muy bueno).
Un ejemplo actual: estamos en un puesto comprando una cosa y le pedimos a la vendedora más cantidad de la que tiene. ¿Va a perder la venta? Para nada. Nos pide que nos quedemos en el puesto, coge su bici y se va rápidamente. En cosa de cinco minutos la vendedora estaba de vuelta sonriente con la cantidad que queríamos comprarle.
En Hanói se pueden ver decenas de ejemplos así. Los vendedores ambulantes van vendiendo aquello que cada uno puede ofrecer: fruta, huevos, plumeros… Era espectacular como, las mismas personas que iban vendiendo abanicos para el calor, en cuanto se ponía a llover, de repente tenían todos los chubasqueros que pudieras necesitar.
Esta capacidad de reaccionar rápido no solo la vimos para poder vender o ganar dinero, también para ayudar. Nosotros nos hemos sentido muy bien arropados por la gente, y en más de una ocasión nos han querido ayudar sin esperar nada a cambio. Que ven que hemos llegado a un bar en bicicleta y hace mucho calor: nos regalan dos botellas de agua para el camino de vuelta.
7. Los símbolos comunistas
Vietnam es uno de los cinco países comunistas que existen en la actualidad. Por eso, lo que para ellos es normal, los símbolos comunistas, a mí me llamaba mucho la atención verlos tanto en edificios gubernamentales como por la calle en general. Es algo que inconscientemente asocio a la URSS y al siglo XX, y que me chocaba verlo «en directo». Además, en algunos sitios estaba la bandera con la hoz y el martillo en tamaño gigante, y sus colores rojo y amarillo hacen que llame más aún la atención.
8. La diversidad de religiones
En Vietnam he comprobado que no siempre es sencillo comprender las creencias de la gente. Y más, cuando no hay solo una, sino todo un conglomerado. Por la calle te puedes encontrar tanto con una iglesia católica como con un templo budista. Y además, también hay una gran cantidad de templos vietnamitas, en los que se pueden ver ofrendas de todo tipo, desde fruta hasta cerveza.
Pero estas no son las únicas religiones que se practican en el país. También hay un porcentaje de cristianos protestantes, de caodaistas y de seguidores del Hao Hao, una variante del budismo, entre otras. Por lo que nos explicó uno de nuestros guías, en Vietnam aceptan y respetan cualquier religión y creencia que abogue por la convivencia y la paz, y que no genere ningún perjuicio a la sociedad.
Sin embargo, pese a esta variedad, aquí va un dato con el que paso al siguiente punto: el 80% de la población no es creyente.
9. Los templos de las casas y las tiendas
Pero es que, pese a que la mayoría de la población no sea creyente, hay pequeños templos muy bien cuidados en absolutamente todas las casas y tiendas que puedas ver. ¿Cómo es esto? Pues a mí me costó bastante comprenderlo, pero, según nos explicaron, los vietnamitas, pese a no creer en un dios en concreto o profesar una religión, son muy espirituales.
Para ellos es muy importante honrar a sus antepasados, ser agradecido con lo que se tiene y realizar ofrendas para pedir abundancia y salud. Las figuras y personajes a quienes honran cuentan con miles de años de historia y están muy ligadas a la naturaleza.
Probablemente no lo esté explicando de manera totalmente correcta, pero, como os he dicho, me ha parecido un tema muy complejo y que al menos a mí me ha costado llegar a entender. ¡Me parece un aspecto de su cultura muy rico e interesante!
10. Los anuncios de pintura
Terminamos con un aspecto que también nos chocó mucho y que está relacionado con la publicidad. Si te pregunto qué se anuncia en los aviones, o en grandes carteles publicitarios en los que se inspire lujo y exclusividad, ¿en qué productos piensas? Seguramente hayas pensado en joyas o en perfumes.
Pues, en Vietnam, los anuncios de este tipo lo que publicitan es pintura. Sí, pintura de pared. Son anuncios donde aparece gente muy elegante y rodeada de lujo, y que se ven dentro de los aviones, en los aeropuertos, por la carretera… Una persona nos dijo que es pintura que se utiliza para los templos que se tienen en las casas, pero aun así nos sigue costando entender la estética de estos anuncios y la gran inversión en publicidad de estas empresas.
Espero que estas curiosidades de Vietnam te hayan parecido interesantes. Sin duda, una de las ventajas de viajar es enriquecerse al conocer otras culturas, costumbres y formas de ver la vida.
2 comentarios
Muy interesante,me ha encantado el artículo ????
¡Muchas gracias por tu comentario, me alegro mucho de que te haya gustado el artículo!