Ver Barcelona al completo en un fin de semana es tarea prácticamente imposible. No obstante, en dos-tres días se pueden ver gran parte de sus atractivos y hacerse una idea de cómo es esta ciudad. Aquí tenéis la ruta que hice yo para que os sirva de ayuda a la hora de organizar vuestro propio itinerario por Barcelona.
Día 1. Conociendo a Gaudí
Nosotros fuimos a Barcelona desde Valencia, por lo que el primer día llegamos alrededor de las 13.00 a Barcelona. El alojamiento que elegimos fue un apartamento por la zona de Sants, así que aprovechando que estábamos cerca fuimos a comer a la zona de Plaza España.
La primera visita que teníamos programada era a la Casa Batlló a las 18.00. Se pueden adquirir las entradas en el mismo momento, pero si lo haces online te ahorras unos euros, así que las cogimos con antelación. Nos dirigimos hacia la Plaza Catalunya y de ahí fuimos caminando por el Paseo de Gracia.
Hicimos la visita a la Casa Batlló (completamente recomendable) y de ahí nos dirigimos a la Casa Milà o Pedrera, que está muy cerca. Como sabrás, ambas construcciones son de Gaudí, pero me parecieron dos edificios bastante diferentes entre sí. Por cierto, al lado de la Casa Batlló hay otro edificio modernista destacado, la Casa Lleó i Morera, que también es posible visitar.
Después de la Casa Milà, entrando ya la noche, seguimos caminando por el barrio para ver por fuera otros edificios destacados de la zona, como son el Palacio del Barón de Quadras, la Casa de les Punxes y la Casa Vicens, que está algo más alejada pero es realmente llamativa (fue una de las primeras obras de Gaudí).
Día 2. Profundizando en el Modernismo
Para el sábado por la mañana teníamos reservada la obra más visitada de Barcelona: la Sagrada Familia. Para evitar colas interminables, adquirimos las entradas online con visita guiada (vale solo 1€ más que la visita con audioguía). Así que sobre las 10.00 nos dirigimos a las inmediaciones del templo para primero verlo con tranquilidad por fuera y después hacer la visita.
Entrar al interior de la Sagrada Familia es una auténtica maravilla, merece totalmente la pena. A mi me pasó que por fuera, al estar en un sitio tan espaciado, no era plenamente consciente del tamaño de la catedral, por eso el interior me dejó con la boca abierta. Además, es un templo tan ligado a la naturaleza (imita un bosque) que es realmente original. Por cierto, ¡se estima que en 2026 al fin estará terminada la Sagrada Familia!
Después de visitar la Sagrada Familia y hacer una pequeña parada a almorzar algo con vistas al templo, caminamos por la Avenida de Gaudí hasta llegar al Hospital de la Sant Pau. Este recinto modernista no es tan conocido pero es realmente bonito y espectacular. Su arquitecto fue Lluís Domènech i Montaner, otro referente del modernismo catalán.
De allí, apurando lo que quedaba de mañana, nos dirigimos al Park Güell. Es un punto bastante más alejado al que se puede llegar en autobús. Estuvimos dando una vuelta por este parque hasta la hora de comer. Una vez comimos y descansamos del calor de agosto en nuestro apartamento, nos dirigimos a la zona del Barrio Gótico.
La primera parada en esta parte de Barcelona fue la Basílica de Santa María del Mar, que en los últimos años ha ganado relevancia por ser la protagonista de la novela y posterior serie ‘La Catedral del Mar’. De ahí fuimos callejeando por el Born, en cuyas calles se encuentra bastante arte urbano y pequeñas tiendas de diseñadores y artesanos locales, y por el Barrio Gótico, donde lo mejor es callejear para conocer la esencia de esta zona y ver grandes edificios como la Catedral de Barcelona.
Cuando comenzó a caer la tarde cogimos un autobús que nos llevó hasta la Barceloneta. Primero fuimos caminando hasta el Mirador de Colón y atravesamos la Rambla de Mar. Después nos metimos por las calles de la Barceloneta para cenar en uno de sus bares de tapas y terminar dando un paseo junto a la playa.
Día 3. Despedida y vuelta
Este último día fuimos en primer lugar al Palau de la Música Catalana a adquirir entradas para la próxima visita guiada en español. Como teníamos alrededor de una hora y media de margen, visitamos el fotomosaico ‘El mundo nada en cada beso’, popularmente conocido como el Mural del Beso, así como una parte del barrio Gótico que nos habíamos dejado el día anterior: el Claustro de la Catedral (de acceso gratuito), el Pont del Bisbe, un bonito arco gótico construido en el carrer del Bisbe, y la Plaza de San Jaime, donde se ubican el Ayuntamiento de Barcelona y el Palau de la Generalitat.
De ahí volvimos al Palau de la Música Catalana, también diseñado por el arquitecto Lluís Domènech i Montaner, a realizar la visita guiada por su impresionante interior. Después, dimos un paseo por las Ramblas y fuimos hasta el Mercado de la Boquería (error, los domingos cierra, cosa que no tuvimos en cuenta, por lo que no pudimos entrar). Tranquilamente nos fuimos a comer para a primera hora de la tarde emprender nuestro viaje de vuelta.
Espero que este itinerario te haya inspirado para visitar la Ciudad Condal y montar tu propia ruta en este bonito e interesante destino. Puedes encontrar mucha más información así como la agenda de eventos de cada mes en la web de Turismo de Barcelona. Como os he dicho al principio, es imposible conocer Barcelona en su totalidad en un fin de semana, pero es tiempo suficiente para visitar algunas de sus grandes obras e impregnarse de la esencia de la ciudad, ¡así tenemos razones para volver!