Murcia es una de las regiones más desconocidas de España, pero eso no significa que en ella no haya lugares bonitos e interesantes que ver. En este artículo te cuento qué ver y hacer en un fin de semana tomando como base la ciudad de Murcia y recorriendo también sus alrededores, pasando por una de sus poblaciones más históricas: Cartagena.
Aquí te explico el itinerario que nosotros hicimos en Murcia entre un viernes y un domingo. Aunque no vayas a estar exactamente el mismo número de días, te puede servir de inspiración para montar tu propia ruta por Murcia.
Día 1: Conociendo Murcia ciudad
Nosotros llegamos a Murcia ciudad un viernes a medio día. Después de comer y dejar las cosas en el apartamento (estuvimos muy a gusto en él así que te lo enlazo aquí), nos dispusimos a recorrer la ciudad. Aunque no nos alejamos en el centro, nos movimos andando sin problemas, ya que Murcia no es una ciudad excesivamente grande.
Comenzamos nuestro recorrido por la ciudad en el llamado Puente Nuevo, un gran puente metálico de principios del s. XX desde el que se tienen unas bonitas vistas del río. Nada más cruzarlo, dirigiéndonos hacia la izquierda, nos encontramos con el Edificio Convalecencia, que es en la actualidad el Rectorado de la Universidad de Murcia.
A unos 300 m continuando en la misma dirección pegados al río, llegamos a la Plaza de la Glorieta de España, unos jardines donde se ubica el Ayuntamiento de Murcia. Estos jardines son realmente bonitos y están muy cuidados, formados por cientos de flores, arbustos y árboles.
Desde la Casa Consistorial de Murcia ya entramos al interior del casco antiguo para llegar a la Plaza del Cardenal Belluga, donde verás de frente la impresionante portada de la Catedral de Murcia. Te recomiendo que la rodees al completo para ver todas sus partes e incluso puedes subir a su campanario. Por cierto, en esa misma plaza, verás enfrente de la catedral un moderno y sencillo edificio que choca con el resto de construcciones. Se trata de una expansión del ayuntamiento y, como imaginarás, su estética es objeto de críticas.
Del lateral izquierdo de la Catedral sale una de las calles más populares de Murcia: la Calle Trapería. En ella se localiza, además de numerosos comercios, el Real Casino de Murcia, cuyo impresionante edificio data de 1847. Para visitarlo al completo hay que pagar una entrada de 5€, pero es gratis pasar a su Patio Árabe, que te dejará con la boca abierta y probablemente te recuerde a la Alhambra de Granada (salvando las distancias, por supuesto).
Desde la calle Trapería llegamos a la Plaza Julián, donde se encuentra el Teatro de Romea, que cuenta con una bonita fachada. Para terminar el recorrido, dimos un paseo por la Gran Vía Alfonso X el Sabio (comienza donde termina la calle Trapería). Fuimos a cenar a la Plaza de las Flores, una de las zonas más populares para tapear.
Día 2: Visita a Cartagena
El sábado fuimos a visitar Cartagena, que destaca por el patrimonio que allí se conserva del antiguo Imperio Romano. De Murcia ciudad a Cartagena apenas hay media hora en coche, por lo que es una buena opción para hacer una excursión. Al igual que Murcia, se puede recorrer andando debido a su tamaño.
Dejamos el coche en la zona del puerto y, al ver unas señales que conducían al Anfiteatro, las seguimos. La sorpresa fue al llegar, pues estaba todo vallado y en obras, y lo único que se ve son los restos de la Plaza de Toros que se construyó encima del Anfiteatro, por lo que hasta que no lo arreglen y adecuen no merece la pena subir.
Muy cerca está el Museo de la Guerra Civil, en el que se visitan algunas galerías del refugio antiaéreo, muy necesario durante la Guerra Civil, ya que Cartagena era un gran objetivo de los bombardeos, pues aquí se ubicaba la única base naval con la que contó el bando Republicano. La entrada general a este museo cuesta 3.5€ (2.5€ si la compras online).
La joya de la corona es su Teatro Romano, que se conserva asombrosamente bien y en cuya subida tendrás unas buenas vistas de la ciudad. Sin embargo, nos pareció que, para lo importante que es, estaba bastante mal indicado cómo llegar, por dónde se entraba… Además, íbamos con unos amigos con carrito de bebé y no encontramos por ninguna parte un acceso para ello (nos dijeron que había un ascensor que nunca vimos).
Después hicimos una parada en la Plaza de San Francisco, una gran plaza con muy buen ambiente y algunos edificios modernistas. De ahí nos dirigimos al Barrio del Foro Romano, en el que se puede apreciar mejor cómo era la Cartago Nova romana. La entrada a este gran complejo cuesta 5€. Por cierto, al lado hay un descampado con unos graffitis impresionantes. En general, por toda Cartagena se puede ver bastante arte urbano.
Fuimos a comer a un restaurante un poco alejado pero que tenía muy buenas opiniones en Internet. Se trata de la Marisquería Freiduría La Marina, que cuenta con menús de marisco y pescado bastante asequibles y en los que puedes repetir las veces que quieras (se llena de gente, si puedes reservar antes mejor).
Después de comer dimos un paseo por el puerto, cuya zona peatonal es muy extensa y está bastante bien cuidada. Si te interesa el tema, aquí está el Museo Nacional de Arqueología Subacuática, cuya entrada general cuesta 3€. Nosotros fuimos en otoño, cuando los días terminan pronto, por lo que vimos atardecer desde esta zona.
No obstante, si vas en una época del año en la que los días duran más, puedes aprovechar para ir a la Mina de Agrupa Vicenta, que está a media hora en coche de Cartagena. En ella se visita el interior de la mina, recorriendo una parte en tren minero y otra parte andando (la visita dura unas dos horas).
Nosotros después de terminar de ver Cartagena fuimos de vuelta a Murcia ciudad, por la que dimos un paseo y cenamos de nuevo en los alrededores de la Plaza de las Flores (comparado con otros puntos de España, tanto Murcia ciudad como Cartagena nos parecieron bastante baratas a la hora de comer y cenar).
Día 3: Antigüedades y vuelta
Los domingos en Murcia montan una especie de Mercado del Rastro, donde se puede comprar cualquier cosa que se te ocurra: monedas, cámaras antiguas, objetos de decoración, piezas para la bicicleta, etc. Es un mercado curioso y, como a nosotros nos gustan este tipo de cosas, decidimos aprovechar para visitarlo ya que estábamos en domingo.
Este mercado lo encontrarás nada más cruzar el Puente Nuevo, en el lado del río de la Catedral. No es muy grande pero tiene bastantes puestos y es más ordenado y tranquilos que otros mercados de este tipo que hemos visitado. Después nosotros ya comenzamos el viaje de vuelta, en nuestro caso a Valencia.
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