Una de las partes positivas de Valencia es la cantidad de parques y jardines que podemos encontrar en la ciudad. Algunos de ellos son únicos y tienen algo especial. Ya os desvelé algunos de ellos en la primera parte de este post, el cual podéis leer haciendo clic en este enlace. Aquí te presento el resto:
Jardín de Monforte
Poco he oído hablar de este jardín y, sin embargo, cuando lo descubrí, me pareció impresionante. Es como si te colaras en los jardines de una villa romana, pues está decorado con fuentes y estatuas. Además, es bastante tranquilo y está bien cuidado.
Su origen se remonta al siglo XIX y es de estilo neoclásico. Esta a cinco minutos de Blasco Ibáñez, justo al lado que el siente parque del que os voy a hablar.
Jardín de Viveros
Aunque su nombre es Jardines del Real, es más conocido como Viveros. Este gran jardín es más que conocido en la ciudad. Gracias a su tamaño, en él se celebran importantes eventos durante todo el año: desde la Feria del Libro, hasta festivales de música. No obstante, aunque no haya nada programado cuando vayas, verás que puedes pasarte horas paseando por él.
En él antes estaba el Zoo de Valencia, el cual afortunadamente se disolvió hace años, pues el estado de los animales allí era lamentable…
Parque de Benicalap
Aunque no está en el centro, merece la pena llegar hasta él para pasar un relajado día. Lo que más me gusta del Parque de Benicalap es que tiene estrechos senderos por los que perderte. Además, tiene zonas con mucha vegetación y otras con mesas, es de los más grandes de la ciudad. Al lado, encontrará un polideportivo y una piscina. Para llegar, tienes que coger el tranvía hasta la parada Florista.
Como ves, no son pocas las zonas verdes de Valencia que merece la pena conocer. Así que si estás en la ciudad y te apetece desconectar del ruido, lo único que te queda es decidir a cuál de todos ir.