Siempre que visito un lugar escribo uno o varios artículos en el blog sobre ese destino, para de esa forma dar información útil a la gente que quiere conocerlo, o animar a visitarlo a otros que no se lo habían planteado. Sin embargo, Cinque Terre es una excepción, de él no he querido hablar. ¿Por qué? Te cuento mis razones en este artículo.
1. La masificación del turismo
Las redes sociales, y sobre todo Instagram, son capaces de convertir un destino poco conocido en uno de los más visitados en cuestión de meses. Poco a poco, vas viendo cada vez más imágenes de un lugar y llega un punto en el que parece que todo el mundo ha estado (y vaya, a ti también te pica el gusanillo por conocerlo). Es más, a veces, con tanto filtro, ángulos buscados y ediciones, incluso se crea una imagen errónea del destino. En este artículo te hablo más sobre este aspecto: Sitios que no son como Instagram nos muestra y verdades ocultas.
Hay algunos destinos que están masificados (y lamentablemente, cada vez más). Estoy completamente a favor del turismo, faltaría más, siendo yo Graduada en Turismo y teniendo un blog de viajes. Pero el turismo en masas tiene aspectos muy negativos, como la destrucción de un lugar natural, la perdida de identidad de una cultura, el encarecimiento de la vida de los habitantes, etc.
Desde mi punto de vista, cuanto más pequeño es un destino, más se nota el impacto negativo del turismo en masas. Por ejemplo, París es una de las ciudades más visitadas del mundo, pero al ser tan grande, los visitantes están repartidos en diferentes puntos de la ciudad. Praga también es muy visitada, y al ser una capital más pequeña y en la que las atracciones turísticas están más concentradas, el turismo de masas y sus consecuencias negativas son muchísimo más evidentes.
Precisamente sobre Praga tengo mucha información en este blog, ya que estuve viviendo unos meses allí, pero he intentado enfocar todos mis artículos en animar a la gente a salir de la zona más concurrida de Praga y en visitar el resto del país y no quedarse solo en esta ciudad, ya que considero que toda República Checa merece la pena.
2. El caso de Cinque Terre
Y entonces llega el caso de Cinque Terre, en Italia. Estamos hablando de cinco pueblos con una media de 900 habitantes. En temporada alta reciben cada día miles y miles de turistas. ¿Creéis que es un buen equilibrio? Como es de esperar, los meses de temporada alta son en verano. En nuestro caso, fuimos en la segunda mitad de septiembre, época en la que por norma general ya no hay tanto turismo en Europa.
Además, tras leer diversos artículos, decidimos ir entre semana, concretamente un martes, ya que los fines de semana, como pasa en cualquier sitio, tiende a haber más visitantes. Creía que yendo en esa fecha evitaríamos la gran masificación. Pero estaba totalmente equivocada.
Nosotros llegamos pronto para hacer una de las rutas de trekking que hay entre los pueblos antes de que hiciera demasiado calor. Al principio estábamos prácticamente solos, pero conforme pasaron las horas, teníamos que esperar en cruces a que grupos de hasta 20 personas pasaran porque los caminos ya se estaban atascando. En cuanto llegó el medio día, los pueblo se abarrotaron de más y más gente que se concentraba en apenas tres o cuatro calles estrechas. Las estaciones de tren me recordaban a los días de las Fallas de Valencia, podía resultar incluso agobiante.
Por eso mismo, pese a ser una zona preciosa de Italia, no me sentí a gusto. Es más, me sentía culpable de estar allí, ya que yo era una más de esos turistas, yo también estaba poniendo mi granito de arena para el deterioro de ese lugar. Por eso, no estaría cómoda promocionando el destino por su belleza y singularidad cuando tengo la sensación de que, si no se corta por lo sano, el daño en el lugar puede ser irreversible.
3. ¿Visitar o no visitar Cinque Terre?
No voy a decirle a la gente que directamente no vaya. Me parecería hipócrita cuando yo misma he visitado este destino. Pero sí intento no contribuir a esta masificación. Por eso, no tengo ningún artículo hablando en concreto de Cinque Terre, de qué ver, dónde comer, etc., porque me sentiría mal «publicitando» más este lugar; pero sí hablo de un pueblo cercano que no es tan conocido: Porto Venere. Asimismo, en mis redes sociales apenas he compartido imágenes del lugar, y en todas ellas ha sido para reflexionar sobre este aspecto e intentar que la gente sea consciente del estado actual de este sitio.
Si quieres visitar Cinque Terre pero quieres evitar este turismo de masas, lo mejor es que vayas en temporada baja. Para ello, tendrás que evitar ir durante los meses del verano y el comienzo del otoño. Por lo que otros viajeros me han contado, en invierno-inicio de la primavera, es un destino bastante tranquilo, por lo que es una buen momento para ir. De ese modo, evitarás las grandes masas de turistas y a la vez estarás ayudando a que el turismo no sea tan estacional y por lo tanto tan negativo para el destino. En esa época, considero incluso positivo visitar este sitio.
Con este artículo no quiero juzgar a nadie, ni por visitarlo ni por dejar de hacerlo, simplemente estoy mostrando mi punto de vista y qué creo yo que es lo mejor para el destino. Soy la primera que, posiblemente, más de una vez esté favoreciendo el turismo de masas en otros lugares, pero este caso me llamó mucho la atención. Todos tenemos que ir adaptándonos a un turismo sostenible, y creo que cuanto más información haya sobre el tema, más fácil será aprender sobre ello.
4. Posible solución
¿Hay alguna solución para cortar este turismo tan masificado en Cinque Terre? A mi modo de verlo, sí, la hay. Limitar el número de visitantes por día, como ya se hace en algunos sitios que han saltado a la fama como puede ser la Playa de las Catedrales, en Galicia, o San Juan de Gaztelugatxe, en el País Vasco. Simplemente, que haya un cupo de viajeros por día, y que haya que descargarse gratuitamente un permiso para una fecha en concreto.
Además, no veo que sea un sitio complicado para implementarlo, ya que la gran mayoría de los turistas van desde la estación de tren de La Spezia, ahí podría ser el control. Pero obviamente, la reducción del turismo significaría la reducción de los beneficios económicos y del empleo en la zona, e imagino que ese es el principal motivo por el que no se toma ninguna medida al respecto. ¿Y si por no limitarlo a tiempo acaba estallando la burbuja? En ese caso, posiblemente esto sería, como dice el refrán, pan para hoy y hambre para mañana.
6 comentarios
Muy buena reflexión. Yo cada vez huyó más de esos destinos masificados y creo que debe ser horrible incluso para los vecinos del lugar. Además,al final no disfrutamos, acabamos enfadados porque no hay dónde aparcar, todo se encarece, como bien dices, no hay quien consiga hacer una foto tranquilamente (con lo que nos gusta llevarnos ese recuerdo) y terminas deseando largarte, eso sí la enorme cola te deja avanzar. Si vas con l@s pobres niñ@s ni te cuento y eso que tienen aguante, a veces incluso más que nosotros.
Pero a pesar de su belleza declino ese destino. Algún día espero que se relaje un poco el turismo por esa zona y entonces ir.
El Nacimiento del Río Urederra, en Navarra es otro de los lugares que ha restringido el acceso. Se solicita día y hora online. Cuando fuimos con el número asignado sorteaban productos típicos, un plus. Sólo pagas el parking que no era mucho.
Me ha encantado el post. Un saludo.
Me alegro mucho de que te haya gustado. El tema de limitarlo creo que es una buena solución para puntos así. La verdad es que como dices resulta menos atractivo un destino tan tan masificado, y para los habitantes, que son los que lo viven día a día, ni te cuento. Por eso es muy importante mantener el turismo equilibrado.
¡Un saludo!
Eva
¡Hola, Eva!
Lo que cuentas aquí nos ha pasado a nosotros tantas veces… Sin ir más lejos, mencionas San Juan de Gaztelugatxe, un sitio que nosotros conocimos hace ya unos cuantos años cuando a nadie le importaba y solo atraía algo de turismo local. Ahora ya no hay quien vaya y como bien dices, está limitado porque se desborda.
La semana pasada estuvimos en Cudillero y la sensación fue la misma. Nos sentimos mal de ver cómo un pueblo tan pequeño se masificaba por momentos, hasta el punto de no poder andar casi por las calles. Además, pudimos hablar con un par de señoras mayores que nos contaban cómo se ponía el pueblo de turistas y que incluso les daba «miedo» salir.
En fin… ¡una tremenda pena! Por eso siempre hemos sido de elegir viajar en temporada baja y es lo que recomendamos a todo el mundo que pueda. ¡La experiencia cambia por completo!
¡Un abrazo!
¡Hola!
¡Muchas gracias por comentar vuestras impresiones! Es una lástima y un peligro que la esencia auténtica de un lugar se acabe perdiendo por la masificación. En el caso d San Juan de Gaztelugatxe, que inevitablemente se ha hecho famoso, me parece genial la medida que han tomado de limitar el aforo. Yo misma fui hace unos años en Semana Santa, ya con aforo, y me gustó lo controlado que estaba. Totalmente, siempre que se pueda, mejor viajar en temporada baja.
¡Un saludo!
Eva
Hola Eva,
Lástima de no haber leído tu artículo antes.
Acabamos de regresar de nuestro viaje en autocaravana por el norte de Italia y nuestro destino final fue Cinque Terre.
Verdaderamente me sentí culpable de estar contribuyendo a la destrucción de un lugar tan auténtico como éste.
Me preocupa como tensionamos cada vez más con nuestra presencia entornos y lugares que pueden llegar a perder su esencia.
Me planteaba si habría manera de contactar con la UNESCO para hacer llegar una petición respecto al control de aforo que comentas. ¿Sabes si existe alguna vía de contacto?
Pienso que van a matar a la vaca de tanto ordeñarla.
En fin, prefiero no poder visitar un paraíso y que ese paraíso siga vivo.
Gracias por tu artículo
M. José
Hola,
Muchas gracias por contar tu experiencia. Qué lástima que según me cuentas la situación (en temporada alta) sigue siendo la misma que cuando yo fui a Cinque Terre. He estado buscando un poco por la web de la UNESCO, pero al menos yo no he encontrado una opción de contacto para hacer peticiones, solo un formulario de contacto general: https://es.unesco.org/contact
¡Un saludo!
Eva