Una de las rutas de senderismo más bonitas que se pueden hacer en la Comunidad Valenciana es la subida al Benicadell, un pico situado a 1.104 m.s.n.m. con unas vistas impresionantes a las comarcas de la Vall d’Albaida y Comtat. En este artículo, vamos a ver un recorrido circular de 15,8 km y un desnivel positivo de unos 900 m.
El recorrido que nosotros hemos hecho para subir a lo alto del Benicadell parte desde la población de Beniatjar, un pequeño pueblo de apenas 200 habitantes. Dejamos el coche ahí y comenzamos a subir por la calle del Maestro Ballester, que al terminar el pueblo sigue como carretera hasta una casa que llama la atención por ser toda de madera.
De ahí el camino ya pasa a ser una pista, se comienzan a ver señales hacia el Cim del Benicadell (es el sendero PR-CV 213) . Siguiendo por el mismo camino se llega hasta Les Fontetes, un área recreativa. Aunque es un buen lugar para parar a almorzar, nosotros continuamos un poco más, atravesando el área recreativa y subiendo por un pequeño camino hasta una casa en ruinas llamada Casa de Penalma, donde hicimos una parada.
Después continuamos poco a poco la subida. Uno de los aspectos positivos de este ruta es que, pese a que se suben bastantes metros, las cuestas son bastante agradecidas, no llegan a agotar, por lo que se puede disfrutar del camino y de las vistas.
Cuando ya se llega prácticamente arriba termina el sendero sencillo, pues para llegar hasta la cima hay que hacerlo por las afiladas rocas. En el día que nosotros fuimos hacía bastante viento, por lo que conviene ir con mucha precaución y, si no se tiene seguridad para caminar por ese tipo de terrenos, quedarse en este punto.
A mí personalmente me encantan este tipo de tramos que prácticamente te fuerzan a «escalar» las rocas, aunque como digo hay que tener mucho cuidado. Las vistas desde lo alto son una maravilla: a un lado se ve la Vall d’Albaida y, al otro, Comtat, que ya pertenece a Alicante, por lo que se dice que el Benicadell es una frontera natural entre las provincias de Valencia y Alicante.
Por cierto, curiosamente, en lo alto de la cima, viven unos pajarillos que parecen estar ahí siempre. Se trata de unos ejemplares de acentor alpino y por lo que pudimos ver están anillados y acostumbrados a los senderistas, pues apenas se alejaron cuando nosotros llegamos.
Emprendemos el camino de bajada por el mismo sitio hasta llegar a un cruce en el que se indica ‘Nevera del Benicadell’. Es una de las neveras más impresionantes y mejor conservadas que he podido ver. Tiene unos siete metros de profundidad y se utilizaba para producir y conservar hielo. Nosotros paramos aquí a comer, aunque si se empieza a primera hora de la mañana se puede hacer la ruta entera antes de la comida. También está la posibilidad de ir a la nevera antes que a la cima del Benicadell.
El descenso se hace por el mismo camino hasta que se vuelve a la pista ancha. En el momento en que hay dos desvíos, se tiene que tomar el de la derecha y, de este modo, se pasa por la Casa Forestal de les Planisses, también un buen punto para parar, ya que cuenta con mesas de picnic. Tras ella se puede bajar directamente hasta Beniatjar o continuar pasando de nuevo junto al Área Recreativa de Les Fontetes y seguir por el mismo camino por el que se subió al principio.
Podéis encontrar el track de la ruta aquí. Hay que estar en forma para hacerla, ya que media ruta es prácticamente todo el rato de subida. No obstante, como os he dicho, no es una subida excesivamente sacrificada, hay partes que permiten descansar y coger aire. Es una de las rutas más espectaculares que pueden hacerse por la zona, tanto por lo bonito que es el recorrido, como por las impresionantes vistas que se tienen desde la Cima del Benicadell.