Aunque parece que no tengan nada que ver, la historia reciente de Praga no puede entenderse sin los Rolling Stones. Su visita a la ciudad hizo que ésta cambiara para siempre y que los integrantes de la banda quedaran prendados de Praga. A continuación, te cuento todo lo que sucedió:
Tras más de 40 años bajo el yugo comunista, Checoslovaquia vivió en 1989 la Revolución de Terciopelo, con la que consiguieron terminar finalmente con el socialismo. Fue entonces cuando Václav Havel se convirtió en presidente, el mismo que cuatro años después apoyó la separación entre Eslovaquia y República Checa y continuó siendo presidente de esta última.
En 1990, Václav Havel consiguió que en Praga se organizara el primer gran concierto tras la Revolución de Terciopelo: nada más y nada menos que los Rolling Stones, que estaban en su gira Urban Jungle y no tocaban en Europa del Este desde 1960.
Pese a que el acuerdo se firmó tan solo 17 días antes del concierto, el 18 de agosto de 1990 los Rolling Stones tocaron para alrededor de 107.000 personas en el Strahov Stadium, que en esa época era el estadio más grande del mundo. La entrada costó 10$ pero, sin embargo, los Rolling Stones, que por aquel entonces rondaban los 47 años, tocaron totalmente gratis: todos los ingresos fueron destinados a varios proyectos de la primera dama, Olga Havlová, para ayudar a los niños con discapacidad.
El eslogan del concierto fue muy llamativo: Tanks are rolling out, the Stones are rolling in, dejando patente la salida del comunismo para siempre. Aquella noche, el metro de Praga funcionó hasta más tarde de media noche por primera vez en su historia y, donde antes hubo un retrato de Stalin, esa noche brilló la famosa lengua de los Rolling.
Los Rolling Stones fueron muy bien recibidos por toda la población, que esperaba con ansias abrirse al mundo entero y poder disfrutar de grupos de rock como ellos. Tanto, que pese a la fuerte lluvia que hubo durante el concierto, este no se canceló y todo el mundo disfrutó mucho de él, incluido el presidente de Checoslovaquia.
Antes del concierto, los Rolling Stones se reunieron con el presidente, Václav Havel, quien se confesó un aficionado a la música rock. El grupo hizo amistad con éste, por lo que gracias a esto surgió un gran proyecto: los Rolling Stones querían que el castillo de Praga, el más grande del mundo, pudiera verse por la noche, así que decidieron hacerse cargo de su iluminación.
Es por eso que en 1995 se inauguró la iluminación del Castillo de Praga, que le costó a los Rolling Stones 32.000$. Además, el proyecto fue dirigido por el diseñador de las luces de su tour Voodoo Lounge y tardó en terminarse unas tres semanas. Ese año volvieron a tocar en la ciudad, esta vez ante 120.000 espectadores.
Desde entonces, los Rolling Stones son el grupo favorito de Praga. Y para estos músicos, Praga también es una ciudad especial, tanto que Mick Jagger decidió celebrar en ella su 60 cumpleaños. En total, la banda ha tocado seis veces en la ciudad, la última en 2018.
Por lo tanto, cuando viajes a Praga y te quedes asombrado con la belleza del castillo iluminado durante la noche, tendrás que darle las gracias a los Rolling Stones, que no permitieron que este tesoro, declarado Patrimonio de la Humanidad, quedara en la oscuridad.
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8 comentarios
No teníamos ni idea de esta anécdota. ¡Qué curioso! ?? Cuando vayamos a Praga, nos llevaremos en el mp3 alguna canción de los Rolling Stones para hacerles un homenaje. ?
Saludos.
¡Claro, así llevaréis muy buena banda sonora durante vuestro viaje! 😀
¡Un saludo!
Eva
recuerdo perfectamente cuando la Revolución de Terciopelo. Sin embargo, creo que jamás había oído nada acerca de esta historia entre los Rolling Stones y la ciudad de Praga
La verdad es que no es muy conocida, pero a mí me parece muy curiosa.
¡Un saludo!
Eva
Estas historias son geniales. Y muchas veces totalmente desconocidas. Nosotros éramos ajenos a esta anécdota. Gracias por contarla y saludos.
De nada, me alegro mucho de que os haya gustado 🙂
¡Un saludo!
Eva
Madre mía! No tenía ni idea de esta anécdota tan curiosa! Gracias Rolling Stone, por todo
Pues sí, es genial que decidieran iluminar el castillo 😀
¡Un saludo!
Eva